El poder abasí llegó a su apogeo. Harún (Aaron el Justo, Califa de Bagdad en el 786 dC.) atacó repetidamente Asia Menor, pero siempre, al parecer, en respuesta de alguna agresión del Imperio Bizantino. Después de una de éstas agresiones, Harún escribió una famosa y breve réplica al emperador bizantino: “He recibido tu carta hijo de un infiel, y no oirás mi respuesta, la verás”. (El Cercano Oriente, Isaac Asimov).


jueves, febrero 14, 2013

Viaje por mar con Don Quijote de la Mancha



Mann, Thomas. Viaje por Mar con Don Quijote de la Mancha. Rquer Editorial. Barcelona, 2005.


Thomas Mann (1875 Lübeck-Zúrich 1955), es uno de los principales escritores del siglo XX; premiado con el Nobel de literatura en el año 1929 y con el Goethe en 1949. La práctica totalidad de su trabajo ensayístico está dirigido a desentrañar la compleja esencia del alma europea en general y la alemana en particular. Por el gran público es quizás más conocido por sus soberbias novelas: Los Buddenbrook (1901), La montaña mágica (1924), La muerte en Venecia (1924) y Doctor Fausto (1947). Viaje por Mar con Don Quijote de la Mancha se escribió en 1934, un año después de que abandonara el país tras la llegada al poder de Adolf Hitler. Vehemente  opositor contra el nazismo desde el campo de las letras, denunció con firmeza y durante su existencia los campos de exterminio.

Diez días a bordo de un lujoso transatlántico, el “Volendam”,  son los que transcurren entre Ámsterdam y Nueva York; primero de los viajes que el matrimonio Mann realiza a los Estados Unidos de América. En el recorrido, Mann porta en su equipaje una de las obras cumbre de la civilización europea y universal: El Quijote de la Mancha, de don Miguel de Cervantes Saavedra. La figura del autor castellano y su “Caballero de la triste figura” sirvieron de inspiración al alemán para reflexionar sobre aspectos trascendentales de la vida y sociedad occidental de primera parte del siglo XX; tales como  la inmadurez espiritual de los europeos, la conversión del artista del Renacimiento al  “águila enferma” del Modernismo o la ponderación misma del peso del Cristianismo y el Clasicismo[1], en la forja de Occidente.

Otros aspectos, de índole universal, que las peripecias de Alonso Quijano le sugieren son la libertad, el exilio forzoso, la existencia de una conciencia estética o la sinrazón intrínseca a la razón de Estado. 

Y para finalizar, un meditación de Mann que se ajusta a nosotros. El autor se maravillaba de cómo Cervantes fue capaz de retratar fielmente al pueblo español en la figura de Sancho Panza: dotado de un gran idealismo y de una grandeza añeja, pero pervertida en su destino de tener que servir a la locura de los aristócratas, la clase gobernante durante el Antiguo Régimen[2]. Pálido reflejo de nuestro días.


[1] Jesús y Homero.
[2] Cervantes escribió los dos tomos de El Quijote de la Mancha bajo los reinados de Felipe II (1556-1598) y  Felipe III (1598- 1621).

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