Orhan, Pamuk. El astrólogo y el sultán. Editorial Edhasa. Barcelona, 1992.
Orhan Pamuk (Estambul 1952) creció en el seno de una extensa y adinerada
familia en el distrito residencial de Nisantasi, la zona alta de la capital
turca. De su juventud, recuerda el autor su pasión por el mundo artístico,
sintiendo una gran inclinación por convertirse algún día en un reputado pintor.
Su sueño se vio truncado a los 22 años cuando se impuso la necesidad de
realizar unos estudios reglados, primero, en la Universidad Técnica de
Istambul, donde dejó inconclusa la carrera de Arquitectura; y segundo en la
Universidad de Estambul, donde se graduó en Periodismo.
Orhan Pamuk ha dedicado toda su vida profesional a la literatura,
rechazando cualquier otro oficio u ocupación. De toda su obra sólo una novela
posee carácter político, Nieve (2002), en la que describe las tensiones habidas entre
las distintas facciones[1] que
se arrepliegan en torno a la ciudad fronteriza de Kars, situada en el noroeste
de Turquía.
Su primer trabajo fue Cedvet Bey e
hijos (1982). Cabe decir, que desde entonces, su obra ha cosechado decenas
de premios de reconocido prestigio por el mundo entero, especialmente en el Continente,
en países como Francia, Italia o Reino Unido. El último y más importante
galardón fue la concesión del Premio Nobel de Literatura en el año 2006,
convirtiéndose en la segunda persona más joven de conseguir dicha distinción y
el único de nacionalidad turca.
Sus libros se han traducido a más de 46 idiomas, incluyendo idiomas
minoritarios como el malayo, el checo o el danés. El cómputo total de ventas
supera los 7 millones de ejemplares; siendo algunas de sus obras más
representativas, aparte de las ya citadas, las siguientes: La casa del silencio (1983), El
libro negro (1990) y Me llamo Rojo
(1998).
El astrólogo y el Sultán (1985) fue la versión española de Beyaz Kale, cuya traducción literal es “El castillo blanco”, en
alusión al color de la prisión de Sadik Pasha[2],
dónde el protagonista del libro es confinado en cautiverio.
El propósito de la obra no es otro que acentuar como el retraso cultural de
Oriente respecto Occidente supuso el predominio de éste último, por ello el
autor sitúa la obra en la segunda parte del siglo XVII, punto de partida en la
supremacía de la Europa del Atlántico sobre la del Mediterráneo.
El espíritu científico de Occidente lo encarna a la perfección un astrónomo
veneciano que es apresado por el Turco. Sus rudimentarios conocimientos de
medicina le sirven para medrar en su reclusión pues comparado con los galenos
musulmanes rivaliza con el mismo Maimónides.
De ésta manera, sus servicios son demandados primero por los guardianes,
luego por el caíd y posteriormente por el propio Pachá de la región.
Con la gracia de éste último, el veneciano es asignado a la dotación de
fuegos de artificios cuya dirección ostenta un ingeniero local que responde al
nombre de Hoja. Hoja y el astrónomo gozan de un parecido físico más que
razonable, tan sólo les diferencia el hecho de qué el cristiano va perfectamente
afeitado mientras que el musulmán porta una barba poblada. Pero es lo único en
lo que se semejan, ya que el erudito turco se rige por principios
supersticiosos mientras que el europeo ya está imbuido de la racionalidad
humanista.
El impacto que el científico causa en Hoja lleva a que éste convierta con
el paso de los años en su amo. El musulmán le pedirá al cristiano que le enseñe
todo lo que sabe sobre astronomía, ingeniería, medicina, lengua y demás
ciencias occidentales. Petición a la que accede el esclavo para ganarse la
confianza de su señor, porque alberga esperanzas de que su afecto le brinde
algún día la anhelada manumisión.
Mientras más aprende Hoja del veneciano más rápido se desmorona su mundo, comprendiendo
que es sólo cuestión de tiempo de que
Ellos (los cristianos) impongan su hegemonía mundial. Todo sus intentos por
traer la racionalidad a la Corte de Estambul se verán frustrados por su pueblo
y sus gobernantes, que seguirán rigiéndose con leyes arraigadas en la costumbre
y la irracionalidad. Prevé amargado como los días del Imperio Otomano llegarán
pronto a su fin y él no dispone de los medios para evitarlo.
La dirección opuesta es la que toma al científico veneciano, cuya privación
de libertad le empuja a dejarse seducir por la opulencia del modus vivendi oriental, embelesado por
las lisonjas hacía su persona y por los placeres veniales. Hoja y el veneciano
se percatarán de que es imposible recuperar sus vidas y con el intercambio
de sus prendas asumirán también el lugar
del otro en el mundo.
Los aspectos biográficos han sido
consultados en el sitio oficial del autor: http://www.orhanpamuk.net/
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