Vilallonga, José Luis de. El sable del Caudillo. Plaza & Janés. Barcelona, 1997.
Polifacético autor que combinó su vida literaria junto a otras profesiones, como la de periodista, actor o guionista; fue un monárquico contumaz y un férreo opositor al Régimen de Francisco Franco. Titular del Marquesado de Castellvell y perteneciente a la Grandeza del Reino ejerció de portavoz de la Junta Democrática de España en París, institución de la que fue uno de sus miembros más distinguidos.
En ésta obra, recoge de forma novelada los dimes y
diretes que acompañaron a la vida del General Franco desde su tierna infancia
en la portuaria y decrépita ciudad de El Ferrol hasta su defunción en el madrileño
Hospital General de La Paz en el año 1975. No obstante, el autor centra su
trabajo en los principales episodios que marcaron su existencia: su paso por la
Academia Militar de Zaragoza, la sangrienta campaña de pacificación del
Marruecos español y el Alzamiento del 18 de Julio de 1936, que conllevó a uno
de los acontecimientos más emblemáticos y terroríficos del siglo XX: la Guerra
Civil Española. La visión del Caudillo frente al mundo que le envuelve,
sus glorias e infortunios, sus esperanzas e inquietudes son plasmadas en el
papel de forma directa o bien por cuenta de terceros: la camarilla de
inseparables que rodeó al Dictador en vida y que fueron decisivos en su
devenir, dónde ocupan un lugar preminente su esposa doña Carmen Polo, su primo Pacón
y los principales espadones rebeldes: Mola, Yagüe ó
Queipo de Llano.
La sencillez del texto es la mejor baza a favor de la
novela
aunque hay que precisar que no aporta ningún dato nuevo de la savia del
General, no siendo la mayoría más que simples cuchicheos difíciles de verificar.
Se echa en falta capítulos dedicados a la etapa dictatorial del protagonista,
que el autor elude señalando el grisáceo color de los mismos, pero que a buen
recaudo hubieran enriquecido su obra. Se aceleran pasajes como la II Guerra
Mundial y se omiten otros tan importantes en su mandato como lo fueron los
autárquicos años del hambre, las acciones perpetradas por los opositores al
Régimen, el reconocimiento internacional por parte del Vaticano y los
Estados Unidos de Norteamérica ó las tensiones internas habidas entre los grupos afectos,
que conllevaron a paulatinos cambios ministeriales y giros de la política
gubernamental.
La obra degenera en los últimos capítulos, pues de forma
descarada la convierte en un panegírico de Juan Carlos I, personaje que
rivaliza en protagonismo con el mismo Caudillo. Son los renglones con mayor
carga ideológica y por ende también los más onerosos del leer.
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